¿Sabías que hay varias tonalidades en los vinos? Cada una de ellas revela un secreto sobre tu bebida favorita. ¿Te gustaría descubrir qué esconde el color del vino? ¡Sigue leyendo!
Desde El Coto de Rioja queremos que aprendas todos los entresijos y curiosidades del mundo del vino de una forma sencilla, divertida y completa. Por eso, hemos creado WineClass, unas miniclases exprés llenas de consejos y trucos muy útiles para que experimentes el vino como nunca habías imaginado.
En nuestro primer episodio de WineClass, te desvelamos cuáles son los colores del vino, qué significa cada tono y cómo diferenciarlos. ¡Dale al play!
¿Qué es lo que da color al vino?
El color de un vino está determinado por muchos factores, pero los responsables principales tienen un nombre, polifenoles. Estos se dividen, a su vez, en taninos y antocianos. ¿Te suena alguno?
En una de nuestras anteriores ediciones del Diccionario del Vino, vimos que los taninos son una sustancia natural de los vinos que se encuentra en la piel de la uva, el hollejo y las pepitas. Estos son los causantes, además, de la astringencia o sequedad de un vino.
Los antocianos, por su parte, pueden encontrarse en la piel de la uva tinta y en su pulpa. Estos compuestos naturales son responsables del color rojizo o color azulado del vino, dependiendo de su concentración. ¡Y no solo a los vinos! Los antocianos actúan en hojas, flores y otros frutos.
Tonalidades del vino
Como hemos avanzado, el color del vino puede darnos una gran información sobre la bebida sin necesidad de probarlo. Y es que la fase visual es uno de los pasos imprescindibles dentro de una cata de vino. ¿Por qué? Porque simplemente por el aspecto podemos hacernos una idea tanto de la edad del vino y su evolución como si está en buen estado y se puede consumir.
Dependiendo del tipo de vino, la variedad cromática se inclinará hacia unos tonos u otros. Veamos cuántos colores tiene el vino.
Variedad de colores en el vino tinto
En el vino tinto las diferentes tonalidades van en una escala que parte desde tonos violáceos hasta llegar a un color teja, más pálido. Es decir, cuanto más joven sea un vino más violeta se verá. Y a mayor edad, el vino se inclinará hacia un tono más granate y amarronado.
Para que no tengas dudas, estos son los cuatro colores principales que podemos encontrar en un vino tinto con su respectiva referencia:
- Púrpura o morado: vinos Jóvenes
- Rojo: vinos Crianza
- Cereza o granate: vinos Reserva
- Teja: vinos Gran Reserva
Variedad de colores en el vino blanco
¿Los vinos blancos también tienen variedad de tonos? Por supuesto. En este caso, la escala empieza desde amarillos verdosos para los más jóvenes hasta dorados intensos. Este cambio puede hablarnos del dulzor del vino o de su evolución, si es un vino seco.
- Amarillo-verdoso: blancos Jóvenes
- Paja: uno de los más habituales en vinos blancos
- Amarillo-dorado: para variedades semidulces o secos evolucionados
- Oro: para variedades dulces o secos con un envejecimiento en botella considerable
- Ocre: vinos maderizados
Truco infalible para ver el color de un vino
Aunque no lo creas, diferenciar el color de un vino es más sencillo de lo que parece. Este es nuestro mejor truco para reconocer el color del vino. Anota:
Tan solo necesitas una superficie blanca, como un folio en blanco o una servilleta, una linterna y, cómo no, la copa y el vino que quieras investigar. Para un mejor resultado, procura que el espacio esté bastante oscuro.
Las diferentes tonalidades de cada vino se distinguen en la zona de la punta, los bordes y el centro de la copa. Pero para que no tengas que ir buscando e inclinando hacia una dirección y otra sin éxito, esto es lo que debes hacer para ver el color a la primera.
Con una mano, inclina ligeramente hacia abajo la copa (hacia el fondo blanco) y mientras, con la otra, ilumina desde arriba el contenido. ¿Esto que nos va a permitir? Que el color se plasme en la superficie de una forma nítida y diferenciemos, sin apenas esfuerzo, el tono del vino.
Fíjate en el color que queda en el centro. En la imagen, por ejemplo, sabemos que se trata de un vino joven. ¿A que es fácil?
Color y calidad de un vino
Como sabes, el color de los vinos también se transforma en la botella con el paso del tiempo, incluso cuando guardas el vino en casa una vez comprado.
No debemos olvidar que cada tipo de vino tiene un consumo recomendado, por lo que sobrepasarlo sería perjudicial para el propio vino y podríamos echarlo a perder. Es por ello por lo que si, por ejemplo, tienes un vino tinto joven y su color no se corresponde a los tonos que hemos comentado (violeta, morado o fucsia) es probable que se haya picado u oxidado y ya no debas bebértelo. Lo mismo pasaría, por ejemplo, con un blanco joven que se ha vuelto ocre. Así que, ¡presta atención!
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