Sin categorizar

En unos días será 19 de marzo, fecha en la que se celebra el Día del Padre en España. Si tu padre es de esos que le gusta celebrar con una copa de vino, ¿qué mejor ocasión que esta? Sorpréndelo con una botella de un buen vino que no haya probado todavía o algún plan gastronómico que incluya un buen maridaje.

La primera sugerencia de regalo es un vino que va a sorprender, ¡segurísimo! Se trata de uno de nuestros vinos más especiales, el 875 m Tempranillo de Altura. Se realiza en nuestra Finca Carbonera, la más alta de la D.O.Ca Rioja. 

El ser el vino con “mayor altura” de la D.O.Ca Rioja no es lo único que lo hace especial. También su proceso de elaboración. Durante su fermentación alcohólica tienen lugar suaves extracciones para primar el delicado componente aromático de la variedad. 

Después, tras la fermentación alcohólica, tiene lugar la fermentación maloláctica en barrica. Esto es así para buscar una integración perfecta de los taninos. Por último, termina su afinado mediante una estancia en barrica nueva de roble americano y francés durante 9 meses. Suena bien, ¿verdad?

Eso no es todo. Porque si quieres hacer aún más especial el detalle del Día del Padre: combina este Tempranillo de delicados aromas a cereza y fruta roja, con 875 m Blanco Fermentado en Barrica de aromas florales y frutas tropicales.

Si no queréis salir de casa y, sin embargo, quieres sorprenderlo igualmente, ¡prepárale su comida favorita! Comienza pensando en un menú con platos que sepas que van a conquistar a tu padre. No temas ponerte frente a los fogones, ¡la intención es lo que cuenta! No hay mejor regalo del Día del Padre que la entrega y el cariño. 

El siguiente paso, una vez tengas decidido el menú, será elegir con qué vinos vas a maridarlo. Elige al menos dos o tres tipos; como pueden ser El Coto Blanco Verdejo, El Coto Crianza o, si quieres algo más especial, nuestro Coto Real Reserva.

En El Coto de Rioja ya hemos hablado de muchas sugerencias de maridajes: para el cocido y otros platos de cuchara, para una paella de domingo, vinos para maridar con carne, con chocolate…

El maridaje tiene mucho que ver con el menú, si quieres saber cómo hacerlo correctamente, no te pierdas este artículo:

Otras opciones originales para cualquier amante del vino son los accesorios para abrir, guardar o servir sus mejores referencias. 

Por ejemplo, un buen regalo es un botellero que sea decorativo y útil a la vez. Si tienes un presupuesto más alto puedes valorar comprarle una vinoteca o nevera para vinos. ¿Cuál debes comprar? Te contamos en este artículo cuál es la mejor opción para una vinoteca en casa según tus necesidades.

¿Sabías que existen los sacacorchos eléctricos? Estos abridores tienen un diseño original y un tamaño reducido y compacto que los hacen muy prácticos.

Otra opción que te damos son los enfriadores para vinos blancos, rosados o espumosos. Con un solo objeto puedes enfriar el vino sin aguarlo. ¿Y qué tal un decantador decorativo?Infórmate sobre los diferentes tipos de decantadores de vino antes de elegir uno para el Día del Padre.

Si quieres disfrutar de una velada inolvidable junto a tu padre y el resto de la familia, pero sin percances, no olvides algunas cosas que no deberías hacer con el vino:

Y, por último, ¡feliz Día del Padre!

Comenzamos nuestra ronda de definiciones del Diccionario del vino con «balsámico». Cuando hablamos de un vino balsámico, nos referimos al aroma penetrante y a esa sensación de frescura que tienen algunos vinos. Precisamente los aromas balsámicos suelen aparecer en el aroma terciario o bouquet, que ahora veremos en detalle.

Estos son algunos de los principales aromas balsámicos que podemos encontrar en un vino:

• Resina
• Eucalipto
• Cedro
• Madera
• Pino
• Incienso
• Regaliz

Un buen ejemplo es nuestro 875m tinto, un vino intenso y fresco, con buena acidez, y delicados aromas de cereza y fruta roja combinados con moka y cacao, así como un largo final balsámico.

Solemos denominar como “vinos carbónicos” a aquellos que se producen a través de maceración carbónica, un sistema típico sobre todo de la Rioja Alavesa en el que se vinifican las uvas con raspón, enteras.

Por otro lado, no todos los vinos carbónicos o con presencia de gas carbónico han sido producidos con esta técnica, como pueden ser los vinos de “aguja” o los vinos espumosos, que también tienen presencia de gas carbónico sin haber sido producidos de esta manera. También en los vinos recién fermentados se pueden encontrar burbujas del carbónico formado durante la fermentación.

¿Qué supone la presencia de gas carbónico en un vino? Mayor mantenimiento de la frescura, aumento de aromas primarios o reducción de la sensación dulce de los azúcares.

Terminamos nuestro Diccionario del vino con ‘crianza’. La crianza de los vinos es el proceso de envejecimiento y maduración del mismo. El vino evoluciona con el tiempo, transformándose durante todo su ciclo de vida.

Si hablamos de procesos de crianza, debemos distinguir entre:

– Crianza en barrica de roble: La crianza de los vinos de Rioja se realiza en barricas de roble de 225 litros, con trasiegas periódicas, complementándose después en botella. Rioja es el mayor parque de barricas del mundo con más de 1.300.000 barricas.

– Crianza en botella: tiempo que pasa el vino en botella como parte de su crianza.

Y si nos referimos a “qué es un vino crianza”, deberemos tener en cuenta que cada Consejo Regulador de nuestro país establece unos parámetros distintos. En el caso del Consejo Regulador de Rioja, establece que un vino de crianza es aquel que “al menos en su tercer año ha permanecido un año como mínimo en barrica de roble. En vinos blancos el período mínimo de envejecimiento en barrica es de 6 meses.”

¿Sabías que no todos los vinos tintos se consumen a la misma temperatura? Depende de la crianza de cada uno de ellos. Lo que tienen en común todos ellos es que no debemos guardarlos en frigorífico.

– Vinos tintos jóvenes: los vinos más jóvenes es interesante consumirlos frescos, es decir, a una temperatura de unos 13 o 14ºC. Por ejemplo, nuestro 875m tinto es ideal para tomar en torno a los 14ºC. ¿Cómo conseguir esto en casa antes de servirlo? Lo más rápido y efectivo si no tenemos vinoteca con regulación de temperatura es meter la botella de nuestro tinto joven unos 5 minutos en un recipiente con agua y hielo.

– Vinos tintos crianza: la temperatura ideal de un vino crianza es de 15ºC, como nuestro emblema El Coto Crianza. Podemos seguir el mismo método que el anterior si ha estado descansando en un espacio con una temperatura más alta, pero debemos tener cuidado de no enfriarlo demasiado.

– Vinos tintos reserva y gran reserva: ¿sabías que un reserva o un gran reserva servido con una temperatura inferior a los 16ºC se mostrará mucho más duro en boca? Además, no apreciaremos bien el bouquet o aroma terciario. Por eso, lo recomendable para servir estos vinos, como Coto de Imaz Reserva o Coto Real Reserva es hacerlo con una temperatura de mínimo 16º y máximo 18ºC.

Los vinos espumosos jóvenes es recomendable que sean servidos bastante fríos, a una temperatura de entre 6 y 8ºC. Mientras que para los que consideramos “de añada”, con una mayor crianza, la temperatura puede elevarse hasta los 8 o 10ºC.

Los vinos blancos semidulces son ideales para entrantes y aperitivos, quesos, frutas y postres, tienen una temperatura de servicio igual a un vino blanco al uso, es decir, de entre 7 y 8ºC.

– Sangrado: Esta técnica es, probablemente, la que más calidad proporciona al vino. Consiste en macerar las uvas tintas durante un tiempo corto y variable, en el que conseguimos que el mosto adquiera el color que queremos. Es entonces cuando se sangra el depósito, de ahí el nombre de esta técnica, y pasa directamente a un depósito donde realiza el mismo proceso de un vino blanco. Este proceso de sangrado suele proporcionar vinos con mayor finura y complejidad.

– Prensado directo: Está técnica consiste en prensar la uva en cuanto llega a la bodega, tras el estrujado. Se separan las distintas fracciones de prensado para desfangarlas diferencialmente Este proceso nos da vinos con mayor estructura.

– Clarete: Esta no es una técnica en sí misma, si no otro tipo de vino rosado que se conoce como “clarete”. Se trata del coupage de mosto entre variedades de uva tinta y variedades de uva blanca. Este vino fue, durante décadas, el vino más bebido en nuestro país. ¡Pero esto merece una historia aparte! Como decíamos, no debemos confundirlo con la mezcla de vino blanco con vino tinto, puesto que esto está prohibido.

Como comentábamos al principio, el vino rosado es ideal para maridar diferentes tipos de platos, como las ensaladas, las pastas, los pescados, algunos tipos de quesos y comidas como la oriental. Aquí tienes unos pequeños tips:

– En el caso de las ensaladas, opta siempre por un aderezo suave como el aceite de oliva, o si te decantas por alguna salsa, una buena opción es la de yogur. Evita el limón y el vinagre para que no sientas amargor.

– Marida tu rosado con pescados blancos como la merluza, la corvina o el bacalao. ¡También es ideal para acompañar a un banquete de sushi!

– Si quieres encajar el rosado con una tabla de quesos, sigue la línea del brie y el camembert, los que mejor encajan con este tipo de vino con diferencia.

¿Quieres saber más sobre maridaje de vino rosado y otros tipos de vinos? ¡No te pierdas este artículo!

¡Comencemos con el primero de nuestros planes para San Valentín! Preparar un menú en casa con un maridaje espectacular. Para llevarlo a cabo, tienes dos opciones:

1- Como una sorpresa: si la persona se ausenta de casa durante un ratito (incluso puedes pedirle que se vaya a dar un paseo), ¡es tu momento de ponerte manos a la obra! Eso sí: recuerda tener el menú ya pensado, los vinos listos y todos los ingredientes preparados para tardar el menor tiempo posible en prepararlo. Cuando vuelva, la sorpresa será el mejor de los regalos.

2- Plan en pareja: otra opción es tomároslo como un plan en sí mismo y prepararlo juntos. Así, podréis pasar una tarde de cocina y vinos de lo más entretenida mientras preparáis la que será la mejor cena de San Valentín con vuestros platos favoritos.

En cuanto al menú que podéis elegir para maridar con unos buenos vinos (al menos dos distintos), las opciones son muchísimas. Por supuesto, ten siempre en cuenta los gustos de la persona con la que te vas a sentar a la mesa y prepara algo que sepas que le encanta, o bien, preparad juntos vuestros platos favoritos.

Una vez tengáis definido el menú, entrarán los vinos para acompañarlos. A grandes rasgos:

– Para un picoteo, por ejemplo, con quesos: los quesos tiernos maridan mejor con vinos blancos como El Coto Blanco, y los curados con vinos tintos crianza como El Coto Crianza.

– Si vas a optar por marisco, te recomendamos el 875 m Chardonnay fermentado en barrica o nuestro El Coto Selección Viñedos Sauvignon Blanc.

– A la carne roja le vendrá de lujo un reserva o gran reserva, cuyo sabor la potencia de una forma increíble.

¿Quieres saber más? ¿Con qué vino de El Coto maridar carne de aves, pastas, arroces o postres? ¡No te pierdas este artículo donde encontrarás todas las claves!

Otro plan de lo más romántico para este día de San Valentín en casa, es preparar un baño de espuma para esa persona tan especial, para que se relaje y pase un rato de desconexión con un buen vino. Por supuesto, también podéis compartir ese momento si os apetece.

Recuerda que la atmósfera debe ser adecuada. Estamos pasando por meses de mucho estrés, y es importante que este momento sea de una desconexión total y absoluta para disfrutar los dos. Así que no dudes en contar con velas, música relajante y ¡bien de espuma! Eso sí, lo más importante para este plan es tener al lado (aunque sea apoyado en un taburete o una bandejita) un buen vino.

¿Cuál crees que encaja mejor para este momento? Para nosotros, sin duda, un vino suave y fresco. Puedes optar por El Coto Rosado, nuestro El Coto Semidulce o, incluso, el sorprendente 875 m tinto.

Hace mucho que no podemos hacer visitas enológicas, incluso en muchos lugares hace tiempo que no podemos disfrutar de probar distintos vinos en bares y vinotecas. Así que pocos planes se nos ocurren más atractivos y divertidos para un San Valentín en casa que montarnos nuestra propia cata a ciegas.

Obviamente, este será un “regalo” que le harás a la otra persona en forma de experiencia puesto que tú ya conocerás los vinos, pero te aseguramos que también puedes descubrir muchísimo al respecto cuando comiences a degustarlos.

Para una cata a ciegas necesitarás:

– Al menos 3 botellas de vino distintas para probarlas

– Una copa por persona y vino que vayáis a degustar

– Etiquetas para cubrir las del vino y no dar ninguna información sobre el mismo

– Un antifaz para que ni siquiera el color os dé pistas

– Un picoteo que acompañe a esta cata

– ¡Muchas ganas!

Si quieres saberlo todo sobre las catas en casa, tanto ciegas como a botella vista, aquí tienes las respuestas a todas tus dudas y las claves para que todo salga ¡a pedir de boca!

El mundo del vino está lleno de interesantísimas curiosidades e historias. Piensa que estamos hablando de una bebida consumida en todo el mundo y con miles de años de antigüedad. ¿Sabes la cantidad de anécdotas sobre el vino que podríamos contar?

En este artículo hemos recopilado 10 curiosidades del mundo del vino que creemos te van a resultar de lo más interesantes. Si conoces alguna más, no dudes en compartirlas con nosotros en cualquiera de nuestras redes sociales. ¡Allá vamos!

La bodega más grande del mundo se encuentra en Moldavia, y forma parte del Libro Guinness de los Récords. Cuenta con 250 kilómetros de túneles (¡ahí es nada!), que estaban excavados desde siglos anteriores, pero de los que actualmente están usando 50 kilómetros. Aquí “duermen” dos millones de botellas de vino.

Si nos ceñimos a su etimología, la palabra brindis viene del alemán “bring dir’s”, que significa “yo te ofrezco”. Pero, ¿de dónde viene la tradición de brindar?

Son muchas las teorías: una de ellas se remonta a la Edad Media, cuando los envenenamientos estaban, como quién dice, a la orden del día. Así, en los banquetes, se chocaban las copas con fuerza de tal forma que el líquido de todas las copas caía en las copas del resto. De esta forma, se aseguraban de que ninguno de los vasos estuviese envenenado.

Otra de las teorías se remonta a los banquetes y fiestas romanos, donde se solían levantar y golpear las copas para llamar la atención de las personas que servían la bebida y que no dejasen de servir. Práctico es, ¡desde luego!

¿Sabías que el vino evoluciona mejor en una botella más grande? Gracias a las botellas de tamaño magnum (1.5l), se prolonga la longevidad del vino y su conservación es de mejor calidad que en las botellas estándar. Esto es debido a que la proporción de superficie de vino que está en contacto con el oxígeno es menor.

¿Alguna vez te lo habías preguntado? Es complicado dar una respuesta al 100% certera a esta curiosidad sobre vino, pero se estima que para llenar una botella de 75cl, necesitamos una media de 1kg de uvas.

Más o menos, un racimo pesa entre 200 y 300 gramos, por lo que necesitaríamos cuatro o cinco de ellos para llenar una botella estándar. ¿Tú pensabas que eran más o menos?

¡Y está avalado por la ciencia! Concretamente, por un estudio en Estados Unidos por el Texas A&M Health Science Center College of Medicine y publicado en la revista Nature. Según este, el resveratrol, un antioxidante natural que se encuentra en alimentos como las uvas rojas, ayuda a frenar el deterioro de la memoria asociado con la edad.

Seguro que más de una vez has visto bodegas y viñedos cerca de monasterios. Y es que durante la Edad Media las guerras ponían en peligro la elaboración de los vinos. Por eso, religiosos y monjes de todo tipo de congregaciones eran los encargados del cultivo y cuidado de las vides. Después, también las comercializaban. ¿Lo sabías?

Increíble, pero cierto. Se trata de el Commandaria, de origen chipriota y sabor dulce, que ya nombraba el poeta griego Hesíodo allá por el año 800 aC. Lo más curioso de todo es que hoy en día se siga produciendo de una forma muy parecida, utilizando dos uvas de una variedad autóctona de Chipre, convirtiéndolo en un vino único por muchos motivos.

Fue en torno al año 1900 aC con la llegada de los colonos fenicios a la península. Se asentaron y crearon un puerto en Gadir, Cádiz, y crearon la ciudad de Xera, Jerez, donde comenzaron a plantar las primeras vides. Es entonces cuando vemos los primeros vestigios en España de cultivo extensivo de viñedos.

Y saliendo de España, has de saber que no hay continente en el que no se cultive algún vino. Tanto es así, que hasta en los Valles Secos de McMurdo, en la Antártida, se cultiva una variedad de vino.

Esta zona tiene casi 5.000 km2 de extensión, y NO hay hielo en ella. ¡Por algo se llaman Valles Secos! La climatología de esta zona es la más similar a Marte que podemos encontrar en La Tierra, pero hace unos años consiguieron cultivar un vino en esta zona, lo que tiene mucho mérito… ¡Son tantas las curiosidades del vino!

Cerramos nuestra ronda de curiosidades del vino con dos conceptos contrarios, ¡pero de lo más curiosos! Cuando hablamos de oenofobia nos referimos a la fobia al vino. Es un temor incontrolable e irracional que normalmente está ligado a la metifobia, es decir, al miedo al alcohol en general.

Por otro lado, encontramos la oenofilia, todos aquellos que tienen verdadero amor y devoción por el vino. ¡Nosotros nos sentimos un poquito más identificados con estos últimos!

¿Quieres saber más sobre vinos? ¡Atento a estos artículos!

¿Alguna vez habías escuchado decir de un vino que es “astringente”? Pues bien, cuando hablamos de un vino astringente o que tiene astringencia, nos referimos a aquellos que, cuando los catamos, provocan un conjunto de sensaciones de sequedad, aspereza y rugosidad en boca.

Es una sensación un tanto compleja de definir que, obviamente, se advierte en la fase de gusto de cualquier cata y que está provocada por los taninos al reaccionar con la saliva. Los taninos son esas sustancias (de las que hablaremos también más adelante en esta serie de Diccionario del vino), que además de aportar el carmesí característico del vino, nos dan esa sequedad y amargor.

Cuando hablamos de aroma en un vino nos referimos al olor agradable de un vino que permite la estimulación del sentido del gusto. Sí, agradable. ¿Por qué? Porque cuando hablamos de matices desagradables dentro del mundo del vino (como puede ser a humedad del corcho), lo llamamos olor, no aroma. Eso sí, el aroma del vino, aunque lo mencionemos en singular, son 3 tipos de aromas distintos:

– Aromas primarios: son los propios de la cepa, de la variedad de uva con la que está elaborado ese vino. Los percibimos al inclinar la copa, cuando aumentamos la superficie del vino que queda en contacto con el aire.

– Aromas secundarios: son los aromas que nos indican los procesos fermentativos que se han producido en el vino, como la fermentación alcohólica o maloláctica. Los notamos al girar el vino en la copa.

– Aromas terciarios: también conocido como bouquet, son los aromas que el vino ha adquirido durante la crianza, ya sea en barrica o en la maduración en botella.

¡Profundizaremos mucho más en el mundo de los aromas, así que muy atento a nuestro blog!

Lo más importante que debes tener en cuenta es el tiempo de actuación frente a la mancha. ¿Esto qué quiere decir? Que cuanto antes actúes sobre ella, más posibilidades tendrás de que desaparezca completamente. ¡Procura que no se seque! Aunque, si eso ya ha sucedido, ¡no te preocupes! Veremos también opciones para quitar manchas de vino tinto ya secas.

La leche puede ser una opción de lo más válida que, además, todos tenemos a mano en casa. Eso sí, debe ser leche de procedencia animal, puesto que las leches vegetales no harían el mismo efecto dada su falta de grasa y otros factores. La leche es ideal para quitar manchas de vino tinto o manchas de tinta, entre otras cosas.

¿Cómo lo aplicamos?

Lo primero que debes hacer es coger un paño limpio. Mójalo en la leche y aplícalo sobre la mancha. Intenta no frotar demasiado, puesto que, si haces esto, corres peligro de manchar el resto del tejido, extendiendo la mancha. Después, cuanto antes, mete la prenda en la lavadora en el mismo programa que lo harías normalmente, sin necesidad de agua caliente.

Truco ideal para…

Prendas de ropa no delicadas que, después, puedan lavarse a máquina.

La sal es uno de los trucos que gran parte de la gente ya conoce, dada su alta capacidad de absorción. Por sí sola probablemente no nos solucionará el problema de la mancha de vino al 100%, pero nos puede ayudar a reducirla considerablemente y a evitar que se extienda en un primer momento.

¿Cómo lo aplicamos?

Retira el exceso de vino con papel de cocina (¡sin frotar!) y echa la sal directamente sobre la mancha, dejando que actúe unos 3/5 minutos. ¡No más porque puede hacer el efecto contrario y fijar la mancha! Después, retírala y verás que gran parte de la mancha ha desaparecido, si no toda al completo. Acaba de limpiar con agua y jabón.
 

Truco ideal para…

Manteles y alfombras.

-Vino blanco

¿Sabías que el vino blanco puede ayudarte a acabar con una mancha de vino tinto? Coge un trapo limpio, mójalo en vino blanco y da toquecitos sobre la mancha de vino tinto. Déjalo durante unos minutos y después lava con agua y jabón.

– Agua hirviendo

Esto es ideal si la mancha de vino tinto ha acabado sobre tu mantel. Estíralo lo más posible, dejando la mancha visible. Cuando esté estirado, vierte sobre él el agua hirviendo. ¡Verás que desaparece!

– Productos de limpieza específicos

Puedes recurrir a productos de limpieza específicos, pero siempre siendo muy prudente a la hora de aplicarlos. Lee bien las indicaciones del producto, así como las de la prenda, sofá, alfombra o cualquier otro tejido.

Si no pudiste llegar a tiempo para quitar tu mancha de vino húmeda y ahora está completamente reseca, ¡no te preocupes! También hay opciones, pero quizás no quede tan bien o te cueste un poco más de esfuerzo que desaparezca completamente.

Hay algunos de los trucos que hemos comentado anteriormente que también son útiles para manchas de vino tinto secas, como puede ser el del bicarbonato o el de detergente líquido con agua oxigenada.

Si ya has lavado tu ropa y no ha salido la mancha, una opción casera que también tienes a tu alcance es colocar la zona manchada en leche que haya roto a hervir. Mueve la prenda de vez en cuando, pero no comiences a frotar la mancha hasta que veas que comienza a desaparecer. Después, si, ve frotándola poco a poco, incluso con las manos.

Por supuesto, siempre puedes recurrir a productos quitamanchas tradicionales que quizás puedan servirte. Como te decimos, ten en cuenta mirar siempre las etiquetas tanto de las prendas como de los productos que vayas a utilizar.

¡Esperamos que todos estos consejos te hayan sido de ayuda!

¿Quieres más contenidos sobre vinos? ¡No te pierdas los artículos de nuestro blog con más consejos e información sobre vinos!

Aunque en lo que respecta al vino, los gustos tienen un papel fundamental, lo cierto es que cada tipo, por su sabor y aroma, marida mejor con unas comidas que con otras. Si tienes una celebración especial pronto y quieres ponerte al día, ¡sigue leyendo! Te contamos cuál es el mejor vino para cada comida.

Ya sea porque vas a preparar una comida en casa o vas a comer a un restaurante, saber qué vinos acompañan mejor cada comida te será de gran utilidad para disfrutar al máximo de esta. Seguro que has escuchado eso de que el vino tinto es ideal para la carne y el vino blanco para el pescado.  Aunque es cierto, nosotros queremos ir un poquito más allá de esa simple generalización.

Te contamos qué vino es el mejor para un buen número de comidas diferentes. De esta forma, sabrás cuál es la opción más adecuada en cada ocasión. ¡No habrá plato que se resista!

¿Vas a preparar unos aperitivos con frutos secos, aceitunas o algún otro encurtido? Nuestra recomendación es que los tomes junto a un vino suave que genere contraste con el sabor ácido y salado de estos entrantes.

Una opción ideal puede ser El Coto Semidulce. Este tiene aromas a piña y cítricos propios de la uva Chardonnay y le dará el toque dulzón al picoteo. Si prefieres un vino algo más seco, también puedes optar por un vino El Coto Selección Viñedos Sauvignon Blanc.

¡Ay, el queso! Si tú, como nosotros, eres fan de este delicioso alimento, debes saber qué vinos maridan mejor con él. Como hay gran variedad de los mismos, la clave es que tengas en cuenta su sabor, que estará determinado por su curación.

De esta forma, los quesos tiernos maridarán mejor con vinos blancos y los curados mejor con vinos tintos crianza como El Coto Crianza o 875 m Tempranillo. Los quesos azules, mejor con tintos jóvenes para compensar la intensidad del sabor.

Las ensaladas y los platos de verduras van genial con vinos que tengan un toque ácido, como los blancos o los rosados. Una buena opción es El Coto Rosado de uva tempranillo y garnacha. Su sabor fresco marida a la perfección con este tipo de recetas.

Sin duda, el mejor vino para el marisco es el blanco. Aunque, también puede maridar bien con rosados que tengan un toque ácido. En nuestro caso, te recomendamos 875 m chardonnay fermentado en barrica, por su marcada untuosidad o El Coto Blanco, ¡acertarás con ambos!

No obstante, te recomendamos que eches un vistazo a las notas de cata de cada uno y elijas el que se acerque más a tus preferencias.

La pasta se puede cocinar de formas muy diferentes, acompañada con otros alimentos y salsas muy variados. Por eso, la clave para maridar bien este plato será fijarse en su sabor predominante.

Así, si se trata de pasta con salsa de tomate como la boloñesa, que tiene un sabor potente y ácido, marida muy bien con un vino tinto joven o crianza. Si, por el contrario, se trata de una pasta a la marinera, combina a la perfección con vinos blancos o rosados.

Si el protagonista es el queso, aplicaremos las recomendaciones que hemos señalado antes, en función de la curación del mismo.

En el caso del arroz, pasa algo parecido que con la pasta. Si hablamos de arroces marineros o paellas de mariscos, lo mejor combinación serán los vinos blancos secos, como El Coto Blanco, un vino con toques cítricos y muy fresco ideal para una paella con mucho sabor a mar. En el caso de los arroces con carne  también va muy bien un vino tinto como 875 m Tempranillo. 

Como decíamos al inicio, al pescado siempre se le suele asociar con el vino blanco, pero no tiene por qué ser así en todos los casos, sino que puede variar dependiendo del tipo de pescado y su cocinado.

Cuando se trata de pescados blancos cuya receta no tenga mucha elaboración, la mejor opción sí que serán los vinos blancos. Sin embargo, si el pescado blanco está elaborado en guiso o con salsas, admitirá un vino más potente como el rosado o el tinto.

Y para los pescados azules, que son más grasos, también maridan bien con vinos tintos como los Riojas.

Para carnes blancas como el pollo se puede optar por vinos blancos o tintos suaves, dependiendo también del resto de ingredientes que lleve la receta. Sin embargo, para aves de caza como el pato o el pichón, es mucho mejor optar por un vino más potente como nuestro Coto Real Reserva o Coto de Imaz Gran Reserva.

La carne roja se marida, por excelencia, con vinos tintos crianza, reserva o gran reserva, cuyo sabor potencia el de la carne. Pero ¿quién ha dicho que no funcionen bien con blancos?

Por ejemplo, nuestro Coto Imaz Reserva Blanco, gracias a su complejidad aromática y su untuosidad, es ideal para acompañar a caza, carnes rojas y ternera.

Por último, ¡llega el turno del postre! Ese bocado dulce que los más golosos esperan con paciencia tras una comida especial. ¿Con qué vino hará el tándem perfecto? Un semidulce como el nuestro. Es ideal tanto para los postres más dulzones como para los que tengan un toque ácido por la fruta o amargo por el cacao.

Y ahora que ya lo tienes claro, solo queda lo mejor: brindar y disfrutar de la comida. ¡Qué aproveche!

¿En busca de un plan divertido? Organizar una cata de vinos en casa puede ser una opción diferente para iniciarnos en el mundo del vino y disfrutar de un rato agradable con familiares y amigos. Te damos algunas ideas de cómo hacerlo paso a paso para disfrutar al máximo.

El vino es el elemento fundamental de este plan, así que te recomendamos empezar a planificarlo eligiendo el vino que vais a catar. Antes de nada, hazte esta pregunta, ¿queréis probar diferentes vinos de un mismo tipo o de varios? ¿Vinos tintos, vinos blancos o vinos rosados? ¿Varias denominaciones de origen o una sola? Si no sois expertos, quizá sea recomendable optar por hacer una cata de diferentes tipos de vino, ya que será más sencillo apreciar los matices de estos.

Para simplificar un poco la selección, puede ser interesante que optes por una única bodega, pero con varios de sus vinos. Lo que se denomina una cata horizontal. En caso de que quisierais probar un solo vino de una misma bodega, pero de diferentes añadas, sería una cata vertical. En El Coto contamos con una selección de vinos Denominación de Origen Calificada Rioja muy variada, con la que podréis disfrutar de una cata completa y de gran calidad.

Además del vino, otro aspecto que debes tener claro antes de la cata es cómo quieres que sea. Existen diferentes tipos de cata que puedes llevar a cabo en función del objetivo que queráis conseguir o de los gustos que tengan los invitados que formen parte de ella. Te explicamos algunas de ellas:

– Cata a botella vista: cada participante prueba los vinos sabiendo de cuáles se tratan, tras una pequeña explicación por parte del organizador. Tras probarla, cada uno dará una opinión sobre los mismos. Puede ser la mejor opción para principiantes.

– Cata a ciegas: si buscas darle un puntito de emoción a la cata, podéis hacerla a ciegas, tapando la etiqueta del vino e, intentando, adivinar qué clase de vino es a través de su sabor y aroma. Incluso podéis taparos los ojos, para que ni siquiera el color del vino os de pistas sobre el tipo del que se trata.

– Cata por parejas: otra forma de que el estilo de la cata sea más original, es haciéndola por parejas. Es decir, que cada miembro de la pareja deguste los vinos y llegue a un consenso sobre sus opiniones de los mismos antes de exponerlas al resto de participantes.

Elijas el tipo que elijas, es importante que tú o cualquier otro de los participantes adopte el papel de sumiller para explicar todo lo necesario a los demás. En este sentido, si no sabéis mucho sobre vino, lo ideal es que os informéis debidamente sobre los vinos que vais a catar.

En nuestra tienda online podrás encontrar toda la información que necesitas referente a nuestros vinos.

Ya sabes qué vinos cataréis y cómo. Ahora es momento de pensar en dónde, es decir, en la estancia de la casa en la que vas a celebrar tu cata, que puede ser desde el salón o la cocina, hasta el jardín o la terraza. Para hacer la mejor elección es importante que tengas en cuenta el número de invitados y que el espacio cuente con las siguientes características:

• Amplitud para que todos los invitados estén cómodos.
• Una mesa grande o varias mesas juntas.
• Una silla para cada invitado.
• Aroma neutro que no afecte a la degustación.

Ya tenemos claros varios elementos. Ahora hay que entrar en detalle y determinar qué es todo lo que vamos a necesitar para que no falte nada en nuestra cata casera. Te ayudamos con esta lista.

• Número de botellas de vino: tres o cuatro botellas suele ser una cantidad adecuada para realizar una cata. No obstante, es importante que tengas en cuenta el número de invitados y los vinos que queréis probar.
• Número de copas: lo ideal sería que contaras con una copa por cada invitado y cada vino. Es decir, si sois cuatro personas y vais a probar tres vinos diferentes, doce copas. Además, es recomendable que uses el tipo de copa más adecuado para cada vino. ¿No sabes cuál es? Te lo contamos en este artículo sobre qué copa utilizar para cada tipo de vino. [Enlace artículo “Qué copa utilizar para cada tipo de vino]. De todos modos, si no dispones de tantas copas, no pasa nada, puedes lavarlas entre cada cata, ¡y listo!
• Cubitera del tamaño adecuado para mantener la temperatura correcta de los vinos que vayáis a probar.
• Sacacorchos: sin él, no podríais empezar la cata. Si tenéis muchas botellas, puede venir bien tener más de uno.
• Papel y boli para que cada participante pueda apuntar sus notas de cata tras probar los vinos.
• Botellas de agua y vasos para que los participantes se refresquen entre cata y cata.

Aparte de toda la lista anterior, en tu cata tampoco pueden faltar algunos ricos aperitivos que acompañen al vino. No es necesario que sean grandes elaboraciones o mucha cantidad, de hecho, sería contraproducente porque desplazaría al vino, pero sí que haya algo para comer mientras los invitados van probando.

Por supuesto, los aperitivos deben maridar bien con los vinos que elijas. Así que aquí te dejamos algunas opciones a modo de guía con nuestros vinos.

• El Coto Crianza es ideal para carne y pescado, así que, al tratarse de una cata, puedes servirlo con un buen jamón ibérico, chorizo, lomo y/o quesos curados.
• El Coto Blanco va genial con marisco y pescado. Así que puedes optar por berberechos, mejillones, anchoas o tostas con bonito o salmón, por ejemplo.
• El Coto Rosado con ensaladas, encurtidos o tostas de vegetales como tomate o brotes tiernos.
• El Coto Semidulce marida a la perfección con quesos suaves, frutas y postres.

¿Has tomado nota? Ahora solo queda que te pongas manos a la obra y celebres una cata de vino por todo lo alto. ¡Que lo disfrutéis!