A todos nos encanta disfrutar de una copa de vino, pero seguro que, en alguna ocasión, te has llevado la desagradable sorpresa de encontrarte ante un vino peleón. ¿Sabes a qué deben su nombre estos vinos? ¿Cuáles son sus características y cómo podemos reconocerlos? ¡Sigue leyendo y despeja todas tus dudas!
¿Qué es un vino peleón?
El vino peleón es un término de origen español. Se utiliza para referirse a vinos corrientes o de baja calidad, normalmente jóvenes y de precio bajo. Estos vinos se caracterizan por su sabor desequilibrado, carente de matices y con un alto contenido alcohólico.
Es importante destacar que el calificativo de vino peleón se refiere a las características organolépticas del vino, no a su añada o su precio. Dentro de la categoría de vinos jóvenes, con un precio económico, también podemos encontrar vinos excelentes.
¿Cuáles son las razones por las que uno de estos vinos puede convertirse en un vino peleón? Uno de los motivos más comunes es el uso de uvas de mala calidad o que se han manipulado de forma inadecuada. No obstante, el vino peleón también puede ser el resultado del uso de técnicas de cultivo incorrectas o métodos de elaboración agresivos.
¿Por qué se dice ‘vino peleón’?
Si has probado en alguna ocasión un vino peleón, seguramente al día siguiente te hayas despertado con resaca o dolor de cabeza. Estos síntomas son el resultado de la alta concentración alcohólica, otra de las características que define a los vinos peleones. Estos también son conocidos como vinos sucios o cabezones.
En el vino peleón también es frecuente encontrar un nivel de aditivos mucho mayor que la de otros vinos, utilizados para camuflar defectos en el propio vino. El uso de estos aditivos es legal según la legislación europea vigente. Además, también es responsable del dolor de cabeza típico que provoca el vino peleón.
¿Cómo reconocer un vino peleón?
Si quieres evitar la desagradable sensación de resaca que aparece después de tomar un vino peleón, aprende a distinguirlos antes de sufrir estas consecuencias. Aquí tienes algunas recomendaciones básicas para poder reconocerlos a la hora de la cata.
Desde el punto de vista olfativo, el vino peleón se caracteriza por un olor ácido e intenso, que recuerda al olor a fruta podrida. Debido a su alto contenido alcohólico, en estos vinos no encontraremos las ricas notas aromáticas que hacen tan exquisita a esta bebida. Los vinos más fuertes incluso pueden provocar picor o irritación en la nariz.
Una vez en boca, el vino peleón es fácilmente reconocible por su sabor ácido, con un ligero regusto a fruta podrida. El exceso de alcohol también aporta a estos vinos un amargor muy característico. Además, suelen dejar una desagradable sensación de quemazón en la garganta.
¿Vino peleón o vino picado?
Si bien los vinos peleones distan mucho de alcanzar los estándares para satisfacer a cualquier amante del vino, es importante no confundirlo con el vino picado. En este segundo caso, hablamos de un vino defectuoso. Un vino picado es el resultado de un proceso de elaboración o un embotellado inadecuado, que provocan la oxidación del vino. Este proceso transforma el alcohol en ácido acético y acetato de etilo, responsables de su característico sabor a vinagre.
El vino picado, por lo tanto, es un vino no apto para el consumo, mientras que cuando hablamos de vino peleón nos referimos a un vino de mala calidad. Sin embargo, en ambos casos, lo más recomendable es desechar la botella. Además de tener mal sabor, el vino peleón siempre acarrea consecuencias indeseables el día después.