QUÉ ES EL MARIDAJE DE UN VINO

Si sabes mezclar sabores de alimentos con el vino adecuado la experiencia para el paladar será mucho más placentera. Y no necesitas ser un sommerlier para conseguirlo. En este artículo queremos darte algunas claves para que consigas tus maridajes perfectos sin salir de casa. Cabe mencionar que cualquier comida funciona para practicar el maridaje. E aquí unas recomendaciones sencillas para hacerlo correctamente. ¡Sigue leyendo!

Ahora que ya sabemos qué es el maridaje de un vino, ¡vamos a llevarlo a la práctica! Ten en cuenta que debe existir siempre un equilibrio y que los mismos principios que rigen la elección del menú, también aplican a la bebida que lo acompaña. Por ejemplo, evita servir un vino con mayor cuerpo antes de uno más ligero. Si haces esto, el segundo vino que servirás pasará desapercibido.

Debes poner en marcha la misma fórmula que usas para elegir el orden de la comida que vas a servir. Es decir, normalmente se sirven los platos ordenados según su intensidad de sabor y nutrientes, de manera ascendente. Pues lo mismo debes hacer con los vinos. Al elegirlos debes tener en cuenta el peso del vino y el peso que tienen los alimentos.

¿Qué queremos decir con esto? Que existen alimentos que tienen más intensidad de sabor y más cantidad de grasa. Del mismo modo, también hay vinos más fuertes, aromáticos e intensos y otros más suaves y ligeros.

¡Busca el equilibrio entre el vino y el plato!

A la hora de maridar un plato con vino hay que intentar que el plato y la bebida tengan un peso similar. Para ello fíjate siempre en las notas de cata del vino que has comprado. Sus aromas, matices, sabores y crianza, te darán algunas pistas de con qué platos combina mejor.

En nuestra web tenemos también los maridajes que recomendamos para cada uno de nuestros vinos. ¡Puedes encontrarlas en la sección de vinos!

Esto quiere decir, por ejemplo, que si la comida que piensas servir lleva mucho picante lo ideal sería que la combines con un vino que brinde la sensación de frescor. A esto se le llama maridaje por contraste, porque creas un equilibrio a través de sensaciones opuestas.

Por el contrario, cuando hablamos de maridaje por asociación estás buscando que el vino y los platos se complementen. Por ejemplo, puedes asociar vinos dulces con el postre que más te gusta o vinos blancos con pescados.

Ten en cuenta que todo es cuestión de gustos, y de tu propia experiencia combinando sabores, texturas y sensaciones. Recuerda que el vino por sí solo ya tiene mucha personalidad, y lo que queda por descubrir es cómo combina con tus platos favoritos.