¿Cómo afecta el cambio climático al mundo del vino?
Con el aumento de las temperaturas, los patrones de lluvia impredecibles y la intensificación de fenómenos climáticos extremos, los viñedos de todo el mundo enfrentan desafíos significativos. Desde la alteración de los ciclos de crecimiento de la vid hasta la aparición de enfermedades y plagas antes inexistentes, los efectos del cambio climático están transformando la industria del vino en una escala sin precedentes.
En este contexto, es crucial que las bodegas adopten prácticas sostenibles y se comprometan con la protección del medio ambiente. Una destacada respuesta a esta necesidad es la iniciativa de la Federación Española del Vino (FEV) que ha dado lugar a la certificación Sustainable Wineries for Climate Protection (SWfCP). Esta certificación, diseñada para reconocer el compromiso de las bodegas con la sostenibilidad medioambiental, social, económica y de gobernanza, se alinea con los objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y establece estándares rigurosos para la industria del vino.
Consecuencias del cambio climático en la vid
Uno de los efectos más notables del cambio climático en la industria vinícola es el aumento de la temperatura global. Las temperaturas más cálidas pueden alterar mucho los ciclos de crecimiento de la vid, afectando a la maduración de las uvas y al equilibrio de azúcares y ácidos en el fruto. Esto puede tener un impacto directo en la calidad y el sabor del vino, ya que las uvas que maduran demasiado rápido pueden producir vinos con niveles de azúcar desequilibrados o sabores menos complejos.
Además, el cambio climático también está contribuyendo a la intensificación de fenómenos climáticos extremos, olas de calor, sequías y tormentas severas, que pueden causar daños devastadores en los viñedos.
Las olas de calor prolongadas pueden quemar las hojas de la vid y dañar los racimos de uvas, mientras que las sequías reducen el rendimiento de los cultivos y afectan a la calidad del vino producido.
Por otro lado, las tormentas severas y las fuertes lluvias provocan inundaciones y la erosión del suelo, lo que resulta en la pérdida de viñedos y la destrucción de infraestructuras vitícolas.
El cambio climático también está alterando los patrones de enfermedades y plagas que afectan a los viñedos. Las temperaturas más cálidas favorecen la proliferación de enfermedades como el mildiu y el oídio, que pueden devastar los cultivos de uva si no se controlan adecuadamente. Del mismo modo, este aumento de las temperaturas permite que las plagas, como la polilla del racimo de la vid, se propaguen a nuevas regiones, amenazando la viabilidad de los viñedos en áreas anteriormente libres de estas amenazas.
Para abordar esta crisis de manera efectiva, se requiere una acción conjunta a todos los niveles de la sociedad para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global a niveles manejables. Es fundamental que los consumidores apoyen a los productores de vino que adoptan prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, ya que esto puede ayudar a fomentar una mayor conciencia sobre la importancia de la lucha contra el cambio climático.
El Coto de Rioja obtiene el sello sostenible SWfCP
Recientemente nuestra bodega recibió la certificación SWfCP en respuesta a nuestro ambicioso plan de acción medioambiental. Este reconocimiento no solo destaca nuestro compromiso con la sostenibilidad, sino que también nos posiciona como líderes en la adopción de prácticas responsables dentro de la industria vinícola.
La certificación SWfCP no solo valora los esfuerzos de las bodegas en términos de sostenibilidad medioambiental, sino que también abarca aspectos sociales, económicos y de gobernanza. Esto significa que las bodegas certificadas deben demostrar un compromiso integral con la protección del medio ambiente, la promoción del bienestar de los empleados y las comunidades locales, así como una gestión transparente y ética de sus operaciones.
Para obtener esta certificación, las bodegas deben implementar una serie de medidas que abordan diversos aspectos de su actividad. Esto puede incluir la adopción de prácticas agrícolas sostenibles, como el uso de técnicas de cultivo orgánico o la reducción del consumo de agua y energía en el proceso de producción. Además, las bodegas certificadas deben demostrar un compromiso con la responsabilidad social, apoyando a las comunidades locales y promoviendo la igualdad de género y la diversidad en el lugar de trabajo.
Algunas de las iniciativas que ha llevado a cabo El Coto de Rioja para poder obtener esta certificación han sido, por ejemplo, reconvertir más de 48 hectáreas de viñedo a agricultura ecológica, un tipo de producción que permite producir la uva sin utilizar productos de síntesis química.
Además, nuestro plan de actuación medioambiental también contempla mejoras en todos los elementos del packaging para hacerlos más respetuosos con el planeta. Concretamente, se ha creado una nueva cápsula que reutiliza el 98% del disolvente empleado durante el proceso de pintado, lo cual minimiza notablemente las emisiones de CO2. Asimismo, el papel de la etiqueta se ha sustituido por uno 100% reciclado, mientras que el de las cajas es procedente de bosques certificados FSC.
Por otro lado, hemos desarrollado, junto a la vidriera BA Vidrio, un nuevo modelo de botella considerablemente más ligera, que reduce el impacto ambiental derivado de la fabricación y la logística, además de disminuir el residuo de vidrio generado.
El reconocimiento de la FEV, a través de la certificación SWfCP, no solo proporciona un incentivo para que las bodegas adopten prácticas más sostenibles, sino que también ofrece a los consumidores una manera de identificar y apoyar a aquellos productores que están haciendo un esfuerzo genuino por proteger el medio ambiente y promover el desarrollo sostenible.
Al elegir vinos certificados, los consumidores pueden contribuir directamente a la preservación de los ecosistemas vitícolas y al bienestar de las comunidades locales.
En última instancia, la certificación SWfCP es más que un simple sello en una botella de vino; es un testimonio del compromiso de las bodegas con un futuro más sostenible para la industria del vino y para el planeta en su conjunto. Con iniciativas como esta, la industria del vino está demostrando su capacidad para adaptarse y responder a los desafíos del cambio climático, mientras trabaja hacia un futuro en el que el vino no solo sea un placer para disfrutar, sino también un símbolo de un mundo más verde y sostenible.