¿Sabías que, en un mismo año, la vid pasa por diferentes fases de transformación? Descubre con nosotros todas las curiosidades de este maravilloso proceso y sorpréndete con cada una de las etapas del viñedo. ¡Empezamos!
El ciclo vegetativo de la vid
Antes de recolectar la uva para transformar su mosto en vino, las cepas experimentan una serie de cambios constantes en cada estación del año. No obstante, estas alteraciones no se dividen en cuatro fases, sino que se pueden diferenciar hasta siete etapas distintas. Todo esto es lo que se conoce como el ciclo vegetativo de la vid.
A continuación, te desvelamos qué ocurre en cada una de ellas:
Las etapas del viñedo
Como ya te hemos avanzado, existen unas siete etapas para clasificar las fases que recorre la vid desde su brotación hasta el momento de la vendimia. Y, ¿cuándo empieza exactamente?
Dependiendo del hemisferio en el que se encuentre plantado el viñedo, el ciclo vegetativo empieza en una fecha u otra. Por ejemplo, el ciclo de los viñedos de España comenzaría a principios de la primavera hasta llegar bien entrado el otoño para reposar durante el invierno.
1. Lloro
Una vez transcurrida una etapa de reposo del viñedo, empieza la fase de lloro.
Se denomina así porque, cuando vuelve a subir la temperatura ambiente (más de 10ºC), la vid inicia de nuevo su actividad vegetativa, recuperando nutrientes y minerales del suelo, y aparecen una especie de lágrimas en la planta. Estas se manifiestan, sobre todo, en las marcas de la poda que tuvo lugar el ciclo anterior.
2. Brotación
Con el inicio de la primavera, más o menos en el mes de marzo, empezamos a ver en la vid los primeros brotes de la planta gracias a ese reinicio de actividad.
La savia acumulada en la vid empieza a recorrer toda la cepa y empiezan a brotar lo que, a futuro, serán las hojas verdes tan características de los viñedos.
3. Foliación y floración
En abril y mayo ya aparecen estas hojas de la vid. ¡Y es un momento crucial! Te contamos por qué.
En la llamada foliación se forman las partículas responsables de los ácidos y los azúcares de la planta. Estas son las que condicionarán, primeramente, el sabor de la variedad de la uva plantada y, por último, el propio sabor del vino.
Después, entre finales de mayo y principios de junio es cuando tiene lugar la floración. A partir de los brotes, nacen los llamados “embriones”, que son unos pequeños granitos verdes en forma de flor que se convertirán, más adelante, en frutos y darán lugar a los racimos de la uva.
La floración, además, es la que determina el comienzo de la vendimia y el volumen de la cosecha del año. A partir de este momento, los viticultores deberán tener especial cuidado y proteger la vid.
4. Envero
Durante los meses de verano, las uvas de la vid experimentan varios cambios cromáticos hasta llegar a su tonalidad final. Este proceso es el que se conoce como envero.
Todas las variedades nacen con un color verde, pero según la tipología, van cambiando de color y terminan en un tono u otro. Las variedades de uva blanca, por ejemplo, adquieren un toque más amarillento y las variedades de uva tinta pasan a un tono rosado que, poco a poco, se va oscureciendo.
5. Maduración
Cuando el verano llega a su fin y nos acercamos a una etapa más otoñal, se produce la maduración de la uva.
En este momento, el fruto adquiere sus matices más dulces gracias a la fotosíntesis de las hojas, por la que se reduce el nivel de acidez y aumentan los azúcares. Dependiendo del tiempo de maduración de cada fruto, la uva tendrá un sabor más o menos dulce.
6. Vendimia
Una vez la uva ha alcanzado su punto de maduración perfecto, se procede a su recogida y recolecta. Es decir, se inicia la famosa vendimia.
En España, por ejemplo, el inicio de la vendimia se da entre finales de agosto y principios de octubre, aunque cabe destacar que no se vendimian todas las variedades de uva a la vez, sino que es progresivo. ¿Quieres conocer todo el proceso de la vendimia? Accede a nuestro contenido especial. ¡Haz clic aquí!
7. Parada o reposo invernal
Aunque la vendimia marque el final del ciclo anual de la vid, realmente la última de las etapas del viñedo corresponde a la parada o el momento del reposo invernal.
Cuando las temperaturas comienzan a descender pronunciadamente y nos adentramos en el frío invierno, la propia cepa crea una reserva de nutrientes y minerales para el próximo ciclo por todo su tronco y ramas. ¡Increíble! Aquí es cuando se produce la caída de la hoja y entra en una fase de letargo o reposo vegetativo y cuando tiene lugar la poda.
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