¿Qué son los aromas secundarios del vino?
¡Seguimos descubriendo los aromas del vino! Y es que, sin ellos, nuestras catas no serían lo mismo, ¿verdad? Esta vez, vamos un paso más allá en nuestro conocimiento del mundo del vino y dedicamos un artículo especial a los denominados aromas secundarios. ¡No te los pierdas en esta nueva lección de WineClass!
En El Coto de Rioja queremos mostrarte de forma didáctica y amena todo lo que debes saber para disfrutar del vino con los cinco sentidos. Para ello, hemos creado WineClass, unas lecciones básicas y sencillas sobre el mundo del vino que puedes disfrutar desde el sofá de tu casa con una copa en la mano.
En nuestro cuarto episodio, damos paso a la siguiente categoría dentro de aromas del vino. Después de ver los aromas primarios, es el momento de hablar sobre los aromas secundarios. ¿Quieres saber cómo descubrirlos en tu copa de vino? ¡Dale al play!
Tipos de aromas secundarios
Hay aromas que no son perceptibles desde un primer momento, cuando acercamos nuestra copa de vino a la nariz antes de degustarlo. Esto es lo que ocurre, sin ir más lejos, con los aromas secundarios.
Como recordarás, en nuestro artículo especial sobre los aromas del vino, ya anticipamos que cada grupo aromático se detecta de una forma especial. Por ejemplo, los aromas primarios y los terciarios se encuentran oliendo la copa de vino parada.
En el caso de los aromas secundarios del vino, se identifican al agitar suavemente la copa con movimientos circulares y volver a oler. Esta oxigenación es la que permite liberar otro tipo de aromas que no se olían a copa parada.
Y, ¿qué son los aromas secundarios? Son los olores relacionados con la elaboración del vino, concretamente, con la fermentación. ¡Veamos sus dos tipologías!
1. Fermentación alcohólica
Se trata del proceso por el cual se transforma el mosto de la uva en vino. Esto es posible, gracias a la acción de las levaduras naturales que se encuentran en la propia piel de la uva.
Estas levaduras son las que proporcionan aromas concretos al vino y marcan su carácter. De hecho, es frecuente que se elijan o seleccionen cepas concretas para jugar con dichos aromas, lo que podemos ver en las botellas como “levaduras seleccionadas”.
La fermentación es diferente en cada vino, dependiendo de los maestros de cada bodega y del tipo de vino, en sí, que se quiera crear. Por ejemplo, para los vinos más dulces (como los blancos semidulces), se para la fermentación antes de que se reduzca todo el azúcar del mosto. De esta forma, se preserva y se mantiene su dulzor deseado.
Los aromas de la fermentación alcohólica son, por tanto, aquellos que evocan a la levadura, la corteza o la miga del pan, bizcochos, galletas o bollería en general.
2. Fermentación maloláctica
Una vez concluida la fermentación alcohólica, en algunos casos, se inicia un segundo proceso de fermentación del vino, la maloláctica.
Este tipo de fermentación es la empleada para todos los vinos tintos y solo unos blancos muy concretos.
En vez de levaduras, son las bacterias las que llevan a cabo este proceso (también se encuentran de forma natural en las uvas).
Su función es metabolizar el ácido málico en láctico para reducir la acidez del vino y hacerlo, entre otras cosas, más equilibrados, con menor astringencia y untuosos.
En este caso, los aromas de la fermentación maloláctica son los que nos recuerdan al queso, yogur, leche y mantequilla.
¿Qué te ha parecido? ¿Has probado el truco que te enseñamos en el vídeo con nuestro El Coto Crianza? Desarrolla tu sentido del olfato con estos ejercicios y aprende todo sobre tu bebida favorita.
No te pierdas todos nuestros episodios de WineClass en el canal oficial de YouTube de El Coto de Rioja. Activa la campanita para que puedas enterarte del lanzamiento de nuestra próxima clase. En el siguiente episodio, hablaremos de los últimos aromas del vino, los terciarios.
Mientras tanto, disfruta de nuestros contenidos especiales del blog de El Coto de Rioja: